Todo arte es inútil

Oscar Wilde decía en el prólogo de El Retrato de Dorian Gray:
"El artista es el creador de las cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte. (…)No existen cosas tales  como los libros morales o inmorales. Los libros están bien escritos o están mal escritos. Eso es todo. ( ….) Ningún artista desea probar nada. Hasta las cosas que son ciertas pueden probarse. Ningún artista tiene tendencias éticas. Una tendencia ética en un artista es un imperdonable manifiesto de estilo. Ningún artista es nunca morboso. El artista puede expresarlo todo. El pensamiento y el lenguaje son para el artista instrumentos del arte. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte de la música. Desde el punto de vista del sentimiento, la profesión del actor. Todo arte es a un tiempo superficie y símbolo. Los que buscan bajo la superficie, lo hacen a su propio riesgo. Los que interpretan los símbolos, lo hacen a su propio riesgo. Es al espectador, no a la vida, lo que refleja realmente el arte. La diversidad de opiniones sobre una obra de arte demuestra que la obra es nueva, compleja y vital (....) Podemos perdonar a un hombre por hacer algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer algo inútil es que uno lo admire intensamente. Todo arte es completamente inútil."

Los artistas no fabricamos, creamos.

No armamos productos, sino que construimos en base de ideas.

No hacemos objetos útiles para la vida, sino que  inventamos una nueva forma de ver las cosas. Ese es nuestro  trabajo

Lo podremos hacer bien  o mal, podrá gustar o no (aunque  eso no podamos controlarlo, porque queda a gusto del espectador) pero no deja de ser un trabajo

Trabajamos con las herramientas propias de  cada arte: instrumentos musicales, pinturas, la voz, la palabra, los pinceles, los cinceles… y siempre siempre, el sentimiento.

Detrás de cada momento  de trabajo hay cosas de uno mismo. El arte devela al artista, y el artista, al mismo tiempo, se esconde  tras de su arte.

Cada artista construye desde el amor por la materia  en la que trabaja. Uno hace lo que hace porque lo ama profundamente. Por eso no puede dejar  de hacerlo y, también, por eso no puede dejar de ser  un artista.

Muchos creadores influyen en el cambio de pensamiento y en la forma de ver el mundo. Y es porque no tiene miedo  de decir  qué es lo que aman, y mostrarlo.

Por eso es tan difícil explicar porqué uno hace lo que hace. Porque  los sentimientos no se pueden explicar, sólo se sienten.

Uno no puede dejar de hacer lo que hace, viva o no de eso, se haga famoso o no,  simplemente porque lo ama.

El tema es que tal vez la gente tiene que sufrir de verdad antes de poder arriesgarse a hacer lo que aman.
Sólo  hay pocas instrucciones en la vida de un artista: vivir, amar y trabajar.
Por más que  las voces de la crítica nos sepulten.
Por más que nos digan que perdemos tiempo y plata.
Porque mostrar  lo que uno ha amado, creado y sufrido es nuestro trabajo.
Por más que sepamos que es inútil, como dice Wilde.