Lo vi un par de veces por ahí, en la calle, en el bar.
En el bar me detuve a mirarlo mejor.
Un día pasé junto a él y sentí su perfume.
Una noche en el bar se me acrcó, radiante y borracho, y me besó repetidamente la boca. Yo lo dejé hacer.
Años más tarde me lo encuentro en una reunión política. Ahi ya éramos la Srta tal y el Dr tanto.
Y silencio. Y muchas miradas.
Después de una tormenta salimos juntos, conm otros compañeros, a repartir velas en las calles sin luz.
Y el domingo nos vamos de viaje a un festival.
Me sigue mirando.
Sigo sintiendo su perfume.
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2 comentarios:
Tenia que ser, Maria....
Bellisimo post-
Al fin conozco tu blog. Y por lo que veo, te plagié el título del post, un mes después.
¡Yo no sabía, señor juez!
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